
¿Sufres dolor al apoyar el pie en el empeine? ¿Te preguntas cómo apoyar el pie después de una fractura? ¿Sufres de dolor intenso al apoyar el pie? Estos son algunos de los problemas que podemos encontrarnos a la hora de caminar. Y es que, además de la postura corporal, debemos tener en cuenta varias técnicas a la hora de apoyar el pie en el suelo, para así evitar lesiones y contracturas.
Cómo se debe apoyar el pie al caminar
Es sabido que el orden de pisada debe ser talón, pie y puntera, seguido de una pequeña flexión de rodilla. Sin embargo, es probable que hayas visto personas que habitúen a caminar con las puntas de los pies. Esto puede resultar problemático puesto que se descarga todo el peso del cuerpo en esta parte, pudiendo sufrir torceduras en cualquier momento. Suelen ser comportamientos que se adquieren desde pequeños, cuando es más habitual caminar de pie-talón. En todo caso, es recomendable ir a un especialista para averiguar el origen de esta pisada y corregirla cuanto antes.
Cada vez que pisamos, debemos tener el tronco completamente recto, para evitar descargar peso en otras zonas del cuerpo que no sean lumbares y abdominales. Primero un pie y luego otro, manteniendo el campo visual hacia donde nos dirigimos y manteniendo el equilibrio corporal.
Al finalizar la pisada, los glúteos deben contraerse. Además, los movimientos deben ser naturales y evitar el agarrotamiento de los músculos del cuerpo, ya que una postura forzada puede provocar contracturas o mayor cansancio.
También está comprobado que mover los brazos favorece el equilibrio y la oxigenación, para evitar la fatiga mientras caminamos.
Soluciones para pies planos en niños y adultos
Sin embargo, esta tarea puede resultarnos complicada si nuestro pie es plano. Pero corregir la pisada es tarea fácil con plantillas ortopédicas. Estas se han demostrado muy efectivas para prevenir lesiones musculares y patologías genéticas, acudiendo a un especialista experto en el tema.
Igualmente importante es el calzado utilizado para caminar. Debe ser un calzado cómodo que cubra al pie y se ajuste a éste. Deben dejar transpirar al pie, y renovarse cuando estén muy gastados, puesto que una mala elección de calzado también puede ser culpable de lesiones de pie.

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